Una de las mejores cosas de tener tu propia casa es que puedes cambiarla para adaptarla a ti y a tu estilo de vida. Las reformas del hogar son más populares que nunca, y hay innumerables programas, blogs, revistas y otros recursos en los que puede dar rienda suelta a sus sueños de una casa perfecta, si está dispuesto a lanzarse a renovarla.
Pero un proyecto de reforma no es un viaje para los débiles de corazón. Es caro y lleva mucho tiempo, y hay muchas cosas que pueden salir mal antes de que el producto acabado esté, bueno, acabado. Para asegurarse de que el proceso de renovación de su casa transcurre sin contratiempos, asegúrese de no cometer ninguno de los siguientes errores.
1. Olvidarse de los permisos
Es posible que no se dé cuenta de que se olvidó de esto hasta que llegue el momento de vender la casa, que es básicamente el peor momento posible para descubrir que su casa necesita un permiso para algo y no lo tiene. Así que, cuando esté seguro de la forma que quiere que adopte la reforma de su casa, hágase un favor y diríjase al departamento de permisos de la oficina de su ciudad o condado y pregúnteles qué va a necesitar.
En general, es probable que no necesite permiso para pintar paredes, cambiar armarios, repavimentar el camino de entrada u otras reformas menores. Pero si va a cambiar el propósito de una habitación o derribar una pared, entonces definitivamente quiere comprobar los permisos que deben presentarse para hacer un cambio como ese.
2. Crear un presupuesto poco realista
Después de ver a varias parejas bronceadas y relucientes llevar a cabo una reforma concreta por una cantidad de dinero determinada, es posible que se sienta perfectamente cómodo decidiendo que usted también puede destinar esa cantidad de dinero a esa reforma concreta. Pero, al igual que su calendario, su presupuesto necesita un poco de margen. Entre las mejoras de materiales, la contratación de mano de obra adicional, las emergencias o cualquier otro imprevisto que afecte al presupuesto, en algún momento de la reforma se alegrará de haber previsto algo de margen presupuestario.
3. Comprar los materiales más baratos
Resulta muy tentador intentar rebajar el precio de una reforma. Y una de las formas más fáciles de hacerlo es elegir los materiales más baratos, ¡pero resístase!
El dicho "obtienes lo que pagas" es tan cierto en el caso de los materiales de reforma como en cualquier otro, y si compra suelos, ventanas o puertas que tendrá que cambiar dentro de cinco años en lugar de veinte, en realidad no está ahorrando dinero, porque tendrá que volver a hacerlo más pronto que tarde.
Habla con tu contratista (o contratistas) sobre las opciones que tienes, y asegúrate de que entiendes qué sacrificios puedes estar haciendo en calidad o longevidad por el precio.
4. Saltarse los preparativos
Si alguna vez has pintado una habitación, ya sabes lo importante que es el trabajo previo. Es mucho más fácil cubrir con cinta la zona que se va a pintar, ¿verdad? Pues bien, este tópico es válido para las reformas domésticas en general, así que asegúrate de que te haces un favor allanándote el camino.
Cubre los muebles con telas, por ejemplo, o asegúrate de tener una zona de preparación de alimentos fuera de la cocina que puedas utilizar mientras se realizan las obras.
Los pequeños pasos que des para proteger tus pertenencias y hacer más accesibles las necesidades merecerán la pena a largo plazo.
5. Tomar medidas inexactas
Si hay un error en la reforma de una casa que debe intentar evitar a toda costa, sea como sea, es éste. "Medir dos veces, cortar una" es un buen consejo, pero cuando se trata de su dinero y de su casa, ¿qué tiene de malo medir diez veces antes de cortar?
Imagina que te das cuenta de que tus nuevos armarios no dejan espacio suficiente para la nevera, por ejemplo, o que no has pedido suficiente suelo, o que las estanterías que estás instalando son demasiado altas para el despacho. Todas estas catástrofes pueden evitarse si mides con cuidado y precisión, así que, hagas lo que hagas, no te saltes este paso.
6. No prever el desorden
Una reforma suele ser un proyecto grande y desordenado. Es probable que, como mínimo, haya polvo por todas partes y que algunas de las habitaciones no se puedan utilizar durante la reforma. En el caso de un armario o un dormitorio, esto no siempre es un gran problema, pero cuando se trata de reformar un cuarto de baño o una cocina, la renovación de una casa en la que se vive actualmente puede resultar bastante más complicada.
Prepárate para un gran desorden, y piensa especialmente en cómo te afectará si vives en la casa mientras la reforman. Utiliza láminas de plástico y paños para mantener a raya todo el desorden que puedas, y ten en cuenta que la ropa que lleves en la zona de obras puede necesitar muchos ciclos de lavado antes de volver a la normalidad, así que vístete en consecuencia.
Si puedes evitar estos errores, tu reforma hará brillar tu casa sin duda alguna. Buena suerte.